En la madrugada del 25 de noviembre de 1955 mi madre, una joven cantante de 25 años, tuvo la feliz idea de ponerse a parir en un taxi y, estacionados en la Puerta de Alcalá de Madrid, me asomé a este delirio que es la vida. 63 años de emociones de todo tipo, de experiencias, de caricias y puñetazos, de subidas y bajadas, de éxitos y fracasos, de aciertos y errores, de verdades y mentiras, de alegrías y dolores, de algunos odios y muchos amores, 63 años bailando en la acera. Seguimos bailando, muñeca?
El cumple del Diablo
Foto: Javier Maestro
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