Arañando la ciudad (Hispavox, 1981)
«Yo odio ese disco, no las canciones, pero sí el sonido. Hispavox tenía su propia fábrica de vinilos. Tú entregabas el trabajo en la cinta master y ellos lo llevaban al piso de abajo, donde unos señores con bata blanca metían la cinta en su medidor e inmediatamente recortaban los picos de todas las frecuencias. […]