Este es un libro muy peculiar, tanto como su autor, el polifacético Ramoncín. En él, sin pretensiones académicas, con la sola intención de pasar un rato divertido y deleitarse con la frescura y espontaneidad del lenguaje, se recogen voces o expresiones –tomadas de los medios de comunicación, escuchadas en una conversación cualquiera, extraídas de las jergas de distintas profesiones o usuales en la publicidad y el habla de los políticos– que intentan disfrazar o hacer más amable lo que verdaderamente se quiere decir con ellas. Acompañadas, según el caso, de divertidos, irónicos o indignados comentarios, que ponen al descubierto la cursilería y las dobles intenciones con las que algunos se expresan:
Molesto (o algo molesto): Eufemismo favorito de las enfermeras para referirse a algo dolorísimo.
Arrendar: Una de las acepciones de este término es “atar por las riendas”. No hace falta mucha imaginación para darse cuenta de lo que, casi siempre, significa un alquiler.
Hemorroide: Almorrana. Suena mejor, pero molesta igual.
Cosmética: Esta palabra se usa para hablar de tapujos y engaños en el mundo de la política y los negocios.
Achique de espacios: Sistema de juego en el fútbol que, en realidad, significa “terror a perder“.
Evaluación: Examen, prueba. Los nervios se controlan mejor si en lugar de un “examen” se hace una “evaluación“
Una obra “políticamente correcta” que nos ayuda a decir las cosas sin llamarlas por su nombre.
Páginas: 168
Colección: Temas de hoy
Año de Edición: 1997
Editorial: EDICIONES TEMAS DE HOY, S.A.
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